ESCÁPATE DE LA LLUVIA
¿Recuerdas cuál fue el momento exacto en que te enamoraste de tu pareja?
¿O de ese amor que te ha quedado siempre en el recuerdo?
Yo lo recuerdo. Igual que recuerdo cuando me enamoré de la primera Camper.
Porque al final, enamorarse siempre es enamorarse.
Te conoces con alguien. O lo ves en algún lugar. Y, no sabes cómo, tu cuerpo empieza a sentir cosquillas. Una sensación que no notes con los amigos, ni la familia, no con los desconocidos que se han cruzado en tu vida.
Igual, un día ves a un amigo con una Camper en las Redes, en una película o por la carretera. Suena un tilín en tu interior y piensas:
“yo quiero sentirme así”
Conectas. Te imaginas la sensación de ir con la casa acuestas. Y todas las posibilidades que tienes. No es nada concreto. Tan solo una sensación.
Un cosquilleo. Una emoción. Y, quieres tener más.
A mí me pasó cuando Sergi llegó con una Camper a un encuentro de amigos de hace mil años. Apareció con una Ford Nugget y cuando entre mi barriga me dijo:
De esta forma de funcionar yo, me podría enamorar. Fue el primer cosquilleo.
I después viene el enamoramiento total. Cuando empiezas a conocer a la persona, a fijarte en los detalles y a constatar que sí, que es lo que pensabas y lo que sentías.
De las Camper me enamoré de forma total e irremediable un fin de semana que pude escaparme de la lluvia:
La idea era irnos a escalar sábado y domingo a la Dent d’Orlu. Era primavera. Ya sabes, época con muchas ganes de calor y sol. El sábado llovió lo que no está escrito. Llegamos a la furgo calados y helados. ‘Marchémonos de aquí ahora mismo’ Fue una decisión de 5 minutos. Más los 2 minutos de recoger para dirigirnos al buen tiempo y el calor. En 4 horas teníamos la casa plantada a una de les Calas más bonitas de la Costa Brava: |
Cala Pelosa. El paraíso:
Sobre todo, si vas entre semana durante los meses de mayo, junio o septiembre, octubre.
Después volvimos con los niños, un fin de semana, y aunque encontramos más gente, por la tarde se marchó todo el mundo y nosotros nos quedamos.
Cuando llegues, tienes dos opciones:
- Te quedas. Te pegas un baño por la tarde, cenas bajo las estrellas a tocar del mar y de noche te vuelves a bañar. Una copa de vino y a la cama.
- O, puedes ir a descubrir uno de los miles de buenos restaurantes de la zona. Nosotros fuimos al Santallúcia. Porque es lugar es espectacular. Porque tienen un pescado que huele y sabe a mar y porque nos apetecía celebrar
- Y si te quedas hasta el día siguiente, para comer te recomiendo que pruebes un arroz del chiringuito de la cala.
Imagínate:
Llegas al calor de última hora. Te das un baño en el mar. Cenas un buen pescado a tocar del mar. Te levantas mirando la playa y te bañas otra vez antes de desayunar.
Y temprano, antes de que queme el sol, sales a caminar por el camino de ronda. Dirección norte o dirección sur.
Aquí encontrarás los recorridos que puedes hacer.
Ya lo ves, así es cómo me enamore. Con un primer “tilin” cuando entré por primera vez en una Camper y un segundo cuando vi que podía escaparme de la lluvia y el frío sin anular reservas ni hacer maletas.
Si aún no has caído en las redes del mundo Camper, resérvate dos días, alquila una Camper, acércate a Rosas, báñate a media tarde, una buena cena, baño otra vez antes de acostarte y a la hora de desayunar.
No tendrá remedio. Quedarás igual de enamorado que yo.
Si ya tienes una Camper, No te lo pienses dos veces
Y si lo quieres probar, alquila la que te vaya mejor o llámanos y te asesoraremos.